El número de turistas de la capital batió records históricos el pasado año | Las viviendas en plataformas digitales como Airbnb se posiciona en la capital como una nueva fórmula de viaje.
El turismo en Madrid bate record de visitantes. No lo decimos nosotros, si no los datos que el Ayuntamiento de Madrid presentó el pasado mes de enero dentro del marco de Fitur, la feria de turismo más importante a nivel nacional. Los datos revelan que la capital española representa un reclamo turístico destacado en el marco nacional e internacional, sobre todo durante el último ejercicio, cuando la comunidad recibió a casi nueve millones de turistas.
Si, nueve millones, y solamente la ciudad de Madrid ha supuesto el 80% del turismo total de la comunidad. Se trata de la cifra más alta de la serie histórica y supera en un 6% al total de visitantes del 2014.
Sin embargo, no todos los datos han sido buenos. El modelo de alojamiento turístico ha cambiado y no ha beneficiado a todos por igual. Mientras –siempre según los datos del ayuntamiento madrileño- el número de hostales ha descendido en 94 establecimientos en un año, el volumen de alojamientos turísticos extrahoteleros (apartamentos turísticos, campings, albergues) ha aumento y ha continuado el crecimiento ascendente en el que están inmersos desde 2014.
En total, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística, el número de alojamientos extrahoteleros aumentó, en 2015, a 654.647, un 8% más que en 2014.
Se trata de un formato consagrado en la capital pero que en los últimos años ha adoptado otras fórmulas gracias a la economía colaborativa.
¿Y qué es la economía colaborativa?
La economía colaborativa es un concepto relativamente nuevo en España, aunque con una filosofía de negocio antigua. Se trata de la interacción entre varias personas con el fin de satisfacer una necesidad real o potencial a una o más personas. Normalmente, esta fórmula utiliza las plataformas digitales para llevar a cabo este tipo de interacción.
Existen numerosos servicios que están sujetos al concepto de economía colaborativa. Todos recordamos los inicios de crowdfunding, donde personas con ideas nuevas ofrecían servicios o productos a cambio de donaciones para llevarlas a cabo.
Un paso más a las plataformas de crowdfunding es la economía colaborativa tal y como la conocemos hoy en día en otros servicios, como la compartición de coche o, como no, plataformas como Airbnb, Homeway, Niumba, Windu, por mencionar algunas que operan en España, donde propietarios de viviendas ofrecen habitaciones o la casa completa a cambio de una retribución económica.
Madrid es uno de los puntos neurálgicos, por volumen de turistas, de este tipo de turismo, y donde este tipo de alojamientos turísticos han enraizado en España.
Alojamientos turísticos de Airbnb en Madrid. Datos 2014
Quizás Airbnb es la plataforma que más nos viene a la cabeza a la hora de pensar en nuestras vacaciones y utilizar la economía colaborativa como medio, sin ánimo de dejar en posiciones inferiores al resto de empresas que ofrecen servicios similares.
Esta plataforma, con casas en todo el mundo, contaba con 3.200 anfitriones –así se llaman en Airbnb a los propietarios de los alojamientos turísticos- en 2014, y aumentando. Estos anfitriones han alojado, desde 2009, a más de medio millón de huéspedes –visitantes, o turistas- sólo en Madrid.
La mayoría extranjeros. En concreto, de Europa. Según el informe que publicó Airbnb el pasado año acerca del impacto del alojamiento compartido en Madrid -el cual incluye tanto a viviendas compartidas como el alquiler de casas enteras para pasar las vacaciones- el 79% de los turistas que visitaron la ciudad proceden de fuera de España, principalmente del continente europeo.
Sólo el 21% son españoles que han decidido utilizar este tipo de alojamientos turísticos para visitar la capital. El resto, proceden de Francia (12%), Reino Unido (7%)… Lo curioso del informe radica en el turismo americano: el 19% de los visitantes que se han alojado con Airbnb durante el 2014 son norteamericanos, un número que supera a turistas geográficamente más cercanos, como los franceses e ingleses.
Lo cierto es que, independientemente del tipo de turismo que genera, es un formato de alojamiento en auge, con cierta demanda y muy implantado en el ideario colectivo a nivel internacional, independientemente del coste, independientemente del lugar.