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Cuenca, una ciudad para recorrer la historia

 

A menudo, al hablar de Cuenca pensamos en comer unas tapas de morteruelo conquense, zarajos o gazpacho pastor. También es inevitable pensar en las Casas Colgadas junto al río Huécar, que por supuesto son una parada obligatoria, además, las tres que se conservan son visitables. La Casa de la Sirena cuenta con un mesón de comida tradicional y en las Casas del Rey se puede conocer cómo están construidas por dentro y visitar el Museo de Arte Abstracto Español.

 

Solo hay que darse una vuelta para ver que Cuenca es una ciudad en la que conviven muchas épocas y estilos, por eso no sorprende que su casco histórico fuera declarado Patrimonio Universal por la UNESCO en 1997 junto con las hoces de los ríos Júcar y Huécar que lo rodean y los barrios de San Antón y Tiradores.

 

Podemos empezar la ruta por el Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha (MUPA) que alberga restos procedentes de yacimientos cercanos, algunos de 550 millones de años de antigüedad, con reproducciones de grandes mamíferos y dinosaurios.

 

Seguimos por la muralla y el Arco de Bezudo, últimos restos de una fortaleza árabe. La catedral de Santa María y San Julián es una de las primeras catedrales de estilo gótico francés construidas en España. Junto a ella, podemos ver piezas medievales, bizantinas y del renacimiento en el Museo Tesoro Catedral. La iglesia y el convento de la Merced son buenos ejemplos de arquitectura barroca.

 

En Cuenca los planes son innumerables tanto en la ciudad como en los alrededores ya que está rodeada de verde.

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